El estado mayor francés en las recreaciones napoleónicas.
- Asociacion Napoleonica Española
- 15 jul
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Quién es quién sobre el terreno.
Dentro de los múltiples roles que se solicitan o aportan para una determinada recreación, está la figura del estado mayor y sus componentes. Veamos su composición y algunas de sus funciones.
El estado mayor, es un cuerpo de apoyo y continuidad al mando, entiéndase organización del evento y unidades presentes. No es un arma como la infantería o la artillería, pues su función, composición y entidad no lo permiten, sino que más bien es un cuerpo de carácter técnico o administrativo.
Sus componentes son oficiales y jefes, dada la complejidad del material, asuntos, información y detalles que han de manejar. Nadie verá nunca un médico, un juez o un ingeniero con el rango de tropa.
Sus dos ramas principales son:
Los Edecanes, ayudantes de campo:
Oficiales del rango de tenientes a capitán principalmente, pertenecientes al cuerpo de E.M. o designados por otros medios o directamente por el mando, uniformados con el distintivo color azul claro en sus vivos y los emblemas de las centellas y la antorcha, visten uniformes en algunos casos personalizados, pues su función implica la necesidad de una rápida localización y reconocimiento visual, tanto del mando, como de las tropas del teatro de operaciones por el que debe moverse. Ayudan a esa “tarjeta de presentación” un código de colores en sus complementos, es el caso de los brazaletes brassards y pompones o plumeros, que según el mando al que están asignados son:
· Blanco para jefes de teatro de operaciones, Mariscales o el Propio Emperador.
· Rojo para Generales de división.
· Azul claro para generales de brigada.
Entre las funciones más habituales estarían: la preparación de mapas, recorridos, conferencias, puestos de mando y todo lo relacionado con el despliegue y desarrollo del evento (horarios, composición de las unidades, conocimiento de su jefes y entidad de las mismas, capacidad de comunicación) y facilidad de reconocimiento de uniformes, empleos y unidades amigas o enemigas.
No es de extrañar tampoco el mantenimiento y vida del puesto de mando, funciones para las que puede contar con el apoyo de personal de tropa asignado para el funcionamiento y protección de dicho mando. Si hiciéramos una analogía con la tecnología en comunicación actual serían básicamente, el google translator, el whatsapp y una especie de note pad del mando.
Los Ayudantes generales:
Jefes, es decir, de comandantes a coroneles. Siguiendo con analogías actuales, en el campo de batalla, estos serían el ordenador personal del mando, integrados en el cuartel general y rara vez fuera de él, son la memoria, la C.P.U. y el alma misma del jefe, depositarios de todo el conocimiento y datos que continuamente aportan las unidades y los edecanes, deben estar en todo momento capacitados para ayudar al mando a tomar decisiones o plasmar información que sería imposible a una sola persona (apoyo al mando).
Su manejo del mapa, conocimiento de unidades, necesidades, suministros, existencias... todo pormenor que en cualquier ocasión pueda ser requerido.
Ambos, continuamente en contacto con la organización, son los responsables del buen devenir y correcta secuencia de los actos previstos, sean de carácter bélico o representativo. Batallas, desfiles o bailes, son coreografías orquestadas y definidas por la organización y que deben ser ejecutadas con el máximo respeto y rigor en la medida de lo posible.
No tienen mando sobre tropas. Es decir, se les debe el respeto a su rango, pero sólo en muy contadas ocasiones, se les verá asumir el mando de una unidad. Ello vendrá impuesto por necesidades del servicio, órdenes directas del mando u organización, falta de mandos naturales en dichas unidades, o manifiesta incapacidad del mando de dicha unidad.
Los roles de estado mayor no son los del mando de las unidades. No por ello dejan de ser una parte más del evento y, como todo lo designado por la organización, debe ser tenido en cuenta.
Nota final:
El mando u organización, puede asignar tropas para el sostenimiento del cuartel general y también puede requerir los servicios de “oficiales de enlace”, estos no están encuadrados en el cuerpo de estado mayor, pero sus conocimientos pueden ser de ayuda, visten los uniformes y empleos de sus unidades, y acompañan al mando durante el tiempo necesario, retornando a sus unidades matrices donde vuelven a desempeñar sus funciones propias. Si un jefe necesita conocer una zona, dependerá para el despliegue y marchas de los mapas, datos etc. de edecanes y ayudantes, pero sin duda el conocimiento propio de las unidades que han de moverse, resultará más familiar a uno de ellos que a todos los E.M. del ejército.
Por ejemplo, si tengo que desplazar una columna de divisiones por un terreno, no vendrá mal que un coronel de artillería hable de los pesos y tamaños de sus piezas y avantrenes y que un oficial de ingenieros me refrende si los puentes, caminos o vados son factibles.
Darse carreras llevando mensajes es cosa de enlaces, pero también puede serlo según la importancia del documento u ordenes, de un edecán, llevarle la comida al jefe mientras está liado con el despliegue intentando hacer “tétris” con las formaciones. Son muchas las labores de los “faisanes dorados” pero, todas ellas, de acuerdo con las indicaciones de la organización y el mejor desarrollo del evento en el que todos participamos, con uno u otro rol.
Igual que todos compartimos equipo y prendas y hasta la comida o dinero con el compañero que lo necesita para asistir, el rol de cada uno es un engranaje que nos hace más fuertes en conjunto.
Miguel Jesús Palomo García



















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